Wednesday, March 15, 2006

Las diputadas socialistas escenifican en el Congreso un "machismo" de Zaplana

Diputadas del PSOE y de IU-ICV abandonaron esta tarde el hemiciclo del Congreso de los Diputados después de que el portavoz parlamentario del PP, Eduardo Zaplana, espetase a la 'número dos' del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, lo mucho que "ganaría la Cámara" si la ministra de la Presidencia, "tan aficionada a disfrazarse de vez en cuando, un día se vistiera de vicepresidenta y cumpliera" con su "obligación". De la Vega no dudó en achacarle un problema de "machismo, maledicencia e ignorancia".

En alusión a la vestimemta que Fernández de la Vega lucía en su reciente viaje a Africa, Zaplana pretendió hacer un juego de palabras mal entendido entre los escaños femeninos de PSOE e IU. La Vicepresidenta primera puso habilmente a medio hemiciclo en contra del portavoz popular transformando el ataque a la evasiva de sus respuestas en una actitud "misógina".

El grito de guerra fue recogido por Carme García, diputada por Barcelona del Grupo Parlamentario IU-ICV, y secundada por su compañera de Grupo, Isaura Navarro, a la que en tropel siguieron el resto de diputadas de su grupo y de las de PSOE.

Las mujeres del PP, encabezadas por Ana Pastor tildaron de "teatro" la actitud de las diputadas socialistas: "las mujeres del PP se dedican a trabajar" y que "los shows" se los dejan a otras. "No contribuiré ni un minuto al show ni al teatro que se pueda hacer en el entorno de la política, donde se está para trabajar por los ciudadanos", recalcó.

La escena política utiliza con frecuencia temas sociales de moda como arma arrojadiza, en este caso el machismo. Viene siendo frecuente que en las sesiones de control de los miércoles, los parlamentarios hagan uso del espectáculo para lucimiento de la grada y de cara a las imágenes de televisión. El Presidente de la Cámara pidió mesura en la escenificación semanal del duelo político con un recuerdo de la necesidad del "sentido de las formas, las expresiones y el límite". "Les ruego que ajusten su propio comportamiento a la necesidad de un debate político de envergadura", solicitó Manuel Marín.

Sin embargo no se miran con igual rasero cuando las bromas van al género másculino, ni se tildan de femenismo. Así lo recordó Soraya Sáenz de Santamaría: "Uno no es más feminista por considerar que ciertas afirmaciones atribuidas a una mujer van en contra de su crédito y si se dirigen a un hombre tiene un tono jocoso".

Puede que esta utilización de los temas sociales sensibles sirva como pistoletazo de salida a otros casos similares: que Zapatero esté rodeado de tantas mujeres en su Gobierno podría tacharse por la oposición de mujeriego, el accidente de Rajoy y Aguirre en helicóptero como de intento de hacerse famosos emulando graves accidentes aéreos, y las peticiones de Carod-Rovira serían consideradas, en la misma línea, como intrusismo en la dura mendicidad.

Seguiremos por estos derroteros, y el Congreso se transformará en otro teatro patrocinado por Movistar, dónde los diputados en plan televisivo, tengan 59 segundos para demostrar quién es más gracioso u otros, para provocar los aplausos de un entregado y enardecido público.

Qué no muera nunca el espectáculo!!


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